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Congreso Internacional
Crear pese a todo: encierros e imaginación artística, siglos XX-XXI

El congreso internacional Crear pese a todo: encierros e imaginación artística, siglos XX-XXI propone analizar, desde una perspectiva pluridisciplinar (historia del arte, literatura, cine, estudios culturales, estudios de la memoria, historia, estudios de género, estudios migratorios), la expresión plástica y poética en momentos de encierro, sea este físico, emocional o simbólico. A través de la literatura y el arte, se explorará cómo estos procesos de aislamiento, voluntario o impuesto, han generado nuevas formas de creatividad y resistencia en distintos medios, desde la escritura hasta las artes visuales, el cine y las artes performativas.           

 

Harto es conocida la ingente cantidad de figuras, laicas e iniciadas, para quienes la reclusión constituye una de las condiciones esenciales para el desarrollo del ingenio. De este modo, son comunes las metáforas (como el erizo en caso de Schlegel o el caracol o la ostra en el caso de Grosz) a través de las cuales los artistas expresarán la necesaria soledad y misantropía que exige su propia práctica. Así, autores como Egon Schiele, Georges Grosz o Paul Klee reclamaron en sus cartas y textos el derecho al aislamiento de los artistas para la ejecución de sus obras. También en el ámbito de la literatura, escritoras como Virginia Woolf[1]  o Marguerite Duras[2]  reclamaron un espacio propio, de soledad y refugio para el desarrollo de su trabajo.

 
Para otros, en cambio, aunque la reclusión no fue una elección deliberada para optimizar su inventiva, la imaginación se convirtió en una herramienta para sublimar la propia experiencia del internamiento, máxime cuando este era consecuencia de trastornos psicológicos. Un ejemplo destacado es el de Leonora Carrington, quien transformó su encierro en un manicomio en Santander en uno de sus relatos más célebres. Artistas como Ünica Zurm, aunque no tematizaran directamente el encierro en sus obras, lo experimentaron como un periodo especialmente fecundo para su producción creativa. Este último caso se encuentra en el arte creado por los “locos” que los surrealistas hicieron entrar de plein droit en el ámbito artístico. En ellos, se observa el desarrollo de la máxima libertad poética, aquella que, en lo físico, en lo corporal les había sido negada
[3]. Dicho de otro modo, en circunstancias radicales, la creación artística se manifiesta en sus diversas formas, desde una herramienta de resistencia, de excedencia tal y como la define Emmanuel Levinas[4], hasta un medio de documentación y testimonio del encierro. 


En el siglo XX, en otros contextos extremos, numerosos exiliados se vieron encerrados en campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial o, paradójicamente, vivieron el exilio en un encierro forzado por la deportación. Otros, como los refugiados republicanos españoles que atravesaron los Pirineos en los últimos coletazos de la Guerra Civil española, tuvieron por única acogida los campos franceses de internamiento. El arte y la creación se abrieron paso en estas circunstancias, no solo para dar cuenta del campo como espacio físico, sino también para expresar la experiencia humana en el campo y las consecuencias ontológicas derivadas de estos encierros[5]. Ya en pleno siglo XXI, cuando se intenta más que nunca convivir y gestionar esta memoria reciente del internamiento, el genocidio y la deportación, se asiste sin embargo a nuevas formas de encierro colectivo, declinaciones contemporáneas del aislamiento de los nuevos “indeseables”, entre los que se encuentran las personas migrantes[6]. Centros de retención, campamentos improvisados que se vuelven permanentes, junglas o simples tiendas en los márgenes urbanos de nuestras ciudades configuran un “encampement du monde”[7], donde las personas migrantes se encuentran encerradas afuera. De Manuel Andújar, a Max Aub, de Jorge Semprún a Robert Antelme y tantos otros que relataron su encierro durante o después de haberlo vivido, de haber sobrevivido; de Baba Fotso Toukam Junior a Alhouseine Diallo, cuya escritura deja huella de un fenómeno en curso, el de la migración contemporánea.


Si bien la creatividad se asocia a menudo con la necesidad de una libre expresión, es fundamental reconocer que muchas de las prácticas artísticas en contextos de encierro (campos de internamiento, prisiones, hospitales psiquiátricos, centros educativos cerrados) no siempre nacen de una voluntad espontánea de crear ni de la necesidad de sublimar, sino que en muchos casos son actividades controladas o dirigidas dentro de estos entornos. Un ejemplo de esto lo encontramos en los archivos del antiguo centro de observación de Savigny-sur-Orge donde eran retenidos, entre otros, jóvenes “franceses musulmanes de Argelia”. Arrestados por pequeños delitos, estos jóvenes realizaban actividades como trabajos escritos y dibujos, que formaban parte de su evaluación institucional[8]. Si bien la creación artística en estos entornos no era más que una herramienta controlada dentro de un sistema de observación, las iniciativas estructuradas y supervisadas permiten explorar nuevas perspectivas del arte en un contexto de reclusión.


Teniendo en cuenta estos ejemplos, que no excluyen en ningún caso otras formas de encierro y creación, el congreso abordará cómo, en situaciones de aislamiento o reclusión —querido u obligado, por trastornos psíquicos, políticos o familiares—, la creatividad no solo emerge como una respuesta a la opresión, sino también como un campo de experimentación en la construcción de nuevas subjetividades. Se pondrá especial atención en cómo el arte y la literatura han servido como medios para reconfigurar identidades personales y colectivas, convirtiéndose en herramientas de resistencia, reflexión y reinvención. Abarcará la creación en su más amplio sentido, atendiendo a quienes la ejercen de forma profesional, así como a quiénes siendo amateurs la utilizan de manera terapéutica o como medio trascendental de expresión. Se invita a enviar propuestas que aborden las representaciones del encierro en distintos contextos culturales, sociales o artísticos, así como aquellas que exploren la creación y producción desarrollada en situaciones de encierro.

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[1] Virginia Woolf, A Room of One's Own, Hogarth Press, 1929.

[2] Marguerite Duras, Écrire, Gallimard, 1993.

[3] Jean-François Chevrier, L'hallucination artistique : de William Blake à Sigmar Polke, L'Arachnéen, 2012.

[4] Emmanuel Levinas, Quelques réflexions sur la philosophie de l'hitlérisme, Rivages, 1997 [1934].

[5] Georges Didi-Huberman, Images malgré tout, Les Éditions de Minuit, 2004.

[6] Michel Agier, Gérer les indésirables : des camps de réfugiés au gouvernement humanitaire, Flammarion, 2008.

[7] Michel Agier, « L'encampement du monde », Plein droit, nº 90, p. 21-24, 2011. https://doi.org/10.3917/pld.090.0021.

[8] Mathias Gardet, Nous sommes venus en France, Anamosa, 2024.

Líneas de investigación del congreso
  1. Enfermés dehors, la imaginación artística en el exilio

II. Insilios: locura y poiesis                                                                      

III.    Arte en el panóptico: encarcelamientos y represión

IV.    Noeud de vipères: crear para escapar de las prisiones familiares    

 

Las propuestas de comunicación (máximo 300-350 palabras), acompañadas de una breve nota bio-bibliográfica, deberán enviarse antes del 28 de febrero de 2025 vía nuestra página web:

Si encontrasen algún problema, pueden enviar sus propuestas a la cuenta de correo electrónico del congreso (crearpeseatodo@gmail.com).

 

Las comunicaciones tendrán una duración de 20/25 minutos y podrán realizarse en español o en francés, exclusivamente de manera presencial. No obstante, la manifestación podrá ser seguida a distancia para aquellos que lo deseen.

 

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